miércoles, 2 de mayo de 2007

Educación: Estudiantes y Profesores ¿Dónde están?



Transcurrido un tiempo del envío del proyecto de Ley General del Educación (LGE) al parlamento, por parte de la Presidenta de la República, se ha sentido una notoria ausencia del mundo social en la discusión de la iniciativa.

La “Revolución Pingüina” ha sido, con creces, la movilización social más importante desde el regreso a la democracia. La respuesta pública a esta movilización, la LGE, por lo mismo, es la iniciativa gubernamental que más legitimidad social debiera tener. Sin embargo, ello no se nota.

Efectivamente, el proyecto, que contiene importantes demandas del “bloque social” de educación, ha sido defendido hasta ahora mayoritariamente por el Gobierno. Los estudiantes y los gremios de la educación, excepto algunas aisladas reacciones, guardan un silencio comunicacional que no se condice con la fuerza expresada en las movilizaciones de 2006.

A un país tan desmemoriado siempre es necesario recordarle las cosas.

El movimiento tuvo su inicio entre los secundarios, apareció, entonces, como una escalada más, con olor a desorden y disturbio. Con el tiempo vinieron las tomas de los liceos y las capuchas se guardaron para mostrar los decididos rostros de jóvenes que ya no apuntaban a las demandas inmediatistas, como el pase escolar o los costos de la PSU, no, ahora se pedían cambios mayores: la derogación de la LOCE.

Nuestra experiencia nos recomendaba no guardar muchas expectativas por el futuro y duración del movimiento. El excesivo voluntarismo y la pretensión desmedida los llevaría al desgaste; las cosas, sin embargo, fueron diferentes.

Los estudiantes desalojaron las calles y la violencia callejera, que tanto entusiasma a nuestro periodismo gráfico, desapareció de escena. Empezaron a ser cubiertas las acciones pacíficas y novedosas, fueron mostradas las ingeniosas pancartas, apareció la alegría juvenil de la mano del arte y las canciones. Se habló de movilización seria y responsable, de autodisciplina al interior de los colegios, se destacó el nivel de organización y expresión de las asambleas de estudiantes, en fin. Los secundarios habían roto el cerco informativo y ponían en el centro de la discusión sus “desmesuradas” demandas.

Luego se sumaron unos impávidos estudiantes universitarios, sorprendidos porque sus “hermanos menores” les estaban enseñando como movilizarse. También los profesores, los padres y apoderados y los “especialistas y expertos en educación”, etc.

Estábamos frente a un movimiento social legitimado y sólido en cuanto a discurso. La respuesta de la Presidenta marcó el fin del mismo, vinieron los devaneos, las renuncias, el desgaste final del movimiento. Pero las cosas ya estaban hechas, aunque con cierto recelo, la opinión pública siguió el funcionamiento del Consejo Asesor Presidencial de Educación y respaldó su trabajo. Se informó de sus resultados y, en abril pasado, la Presidenta Bachelet anunció el nuevo proyecto que reforma la LOCE en aspectos sustanciales.

La suspicacia de los estudiantes y profesores los llevó, los días previos al anuncio, a anunciar nuevas movilizaciones si era necesario. Luego de ello, prácticamente, se sumergieron.

Bien y entonces ¿quién salió al ruedo?. La derecha y los intereses económicos “afectados” con la propuesta del ejecutivo. Allí se ha centrado el debate.

¿Y el grupo social que originó esta movilización?. ¿Creen que basta con enviar un proyecto para conseguir su aprobación?.

Ahora viene la etapa más difícil, los tiempos de discusión en el parlamento ponen en riesgo la aprobación de la misma. Más aún cuando muchas de las normas requieren de altos quórum de aprobación.

La ausencia de quienes dieron legitimidad, social y política, a las demandas que la Presidenta interpretó con esta iniciativa, complota contra el éxito de la misma y el éxito, finalmente, de la movilización más importante de las últimas décadas.

Mejor hacen algo, o la “Revolución Pingüina” no será más que una anécdota …con la que se chocheará en unas décadas más.


1 comentario:

Enrique Saldaña dijo...

Estimado:

Hace algunos días he leído un interesante texto de Walter Benjamin sobre la reforma educacional alemana..., en 1911. Salvo algunos marcadores de temporalidad y de ubicación geográfica, el texto, a casi cien años de publicación, se puede leer asumiendo nuestra propia experiencia sobre el tema.

Benjamin, en ese tiempo no tenía más de 18 años.

Te lo haré llegar.